Dispersos resabios de sus pensamientos,
quedaron muy necios en papel, en blanco.
Despunto a las horas sin mayor cordura
entre varias comas, sin abreviaturas,
invento un lenguaje de azul y ternura,
logro empalagar la miel y su entorno,
dibujo metáforas poco atendibles
y perlas de emoción desde sus pupilas
borraban las huellas de su sintonía.
Aprendió que poco, muy poco sabía,
del arte supremo de cincelar la
rima.
Estrujo la hoja muy blanca y vacía,
y mudos testigos quedaron en ella,
escribió sus sueños, su algarabía,
afino el lápiz, así día tras día…
Y los sentimientos fueron testigos
de cuanto su alma plasmaba
en la blanca hoja, casi, aprendió la vida…
María del Carmen Menéndez García
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Qué bonito María del Carmen, además de todo el sentimiento que expresa tu poema, es muy rítmico. Enhorabuena amiga.
ResponderEliminarGracias Pepe. Cariños
ResponderEliminarmuy hermoso te felicito
ResponderEliminarGracias Osvaldo
ResponderEliminarNo sé como llegué aquí, pero ha sido un agrado leer tus letras, un abrazo.
ResponderEliminarmuy bueno,me encanto,felicitaciones ¡¡¡¡
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