Lo esencial
Que extenso es el camino,
hacia tus brazos.
Quise tomar atajos
navegando de espaldas al viento,
quise nadar descalza
en arenas sin desierto,
y tus brazos se alejaban
dibujando un oasis
en una pizca de tiempo.
Que breve es el regreso,
cuando se pierden tus ojos
en lo fugas del reflejo
de las perlas solitarias
que sollozaban por dentro,
en un grito de silencios.
Y por tanto querer, es que quise,
y miré, más hacia afuera el todo,
aprendí de lo invisible.
Cambié el yo, por el tú,
olvidándome del mí,
y es que así aprendí,
que ya, no son largos, ni breves,
los designios del destino,
que es sólo..., el vivir por ti...
©María del Carmen Menéndez García