ALBOR
Fue en un vuelo palpitante de ternuras,
fue en un vuelo con locuras encendidas,
y en el límite banal de la cordura
sobrevuela en alma en sus quimeras.
Y se llega, al abrazo contenido,
y se hace corpóreo lo querido,
y se logra acaparar sonidos,
en la incauta sinfonía del silencio.
Ya no queda lugar para el lamento,
es éxtasis el río con su calma,
y, el anhelo derriba las murallas
y el mundo se detiene en su momento.
El sueño agradece amaneceres,
y embelesa el aire en sus recuerdos,
y de rodillas se mece el sentimiento,
navegante audaz en su intento.
Y es la Providencia, quién día a día,
guía, a un sueño renacido a su encuentro...
María del Carmen Menéndez García
Noviembre 2011
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