A lo lejos...
Es sutil…, persevero en tu distancia…
Haces notar ese algo, que se asemeja
al olvido.
Y todo es igual, es tan simple, tan
sublime,
el arrullo del mar a mis espaldas,
como arrecifes a deriva, sin orillas,
sin muelles de algas
marinas
donde encalle la barca del destino.
Y los dónde y los cuándo,
se remolinan en la mente,
sin respuestas, sin rastros del ayer…
Un Dios comprensivo arrebata el
temor,
y camino… pasos hundidos en la arena,
dilatado espejismo sin
espejo de corales.
Si supieras amor, en instante mágico
lograr que las quimeras tomen vuelo,
y permanezcan ingrávidas
en cada recodo, en cada brizna
de amaneceres de luz. Admito mi delirio…
©María del Carmen Menéndez García
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