Aprender
Comprendí el mensaje.
Sinceros silencios, ausencia,
a veces no hacen
falta palabras
y en esos austeros de nada…
se dice todo, sin dejar huella.
El alma aguarda expectante,
es un ir y venir, intercambio
sutil, que la ternura deja.
Comprendí el silencio,
es un sin fin de hastío,
a veces, aun queriendo…
ese sentimiento asoma,
compleja dolencia del alma.
Aprendí de mil errores,
y el Supremo guía
en este laberinto, y aprendí.
Ya no espero nada
o quizá lo espero todo,
es la esencia vana
llamada humana,
que arrebata al sol
de su calor naciente.
Aprendí el mensaje
que deja el olvido.
© María del Carmen
Menéndez García
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