pétalos en las nubes
Tengo el día y la hora,
y el alma pronta al abordaje.
Las manos temblorosas
sostienen liviano equipaje,
casi nada, una rosa en la mirada.
Es difuso el sortilegio,
y de tanto soñar se nubla el sueño,
y hasta parece irreal,
el ir aquietando al tiempo.
Los segundos se apresuran
a un cúmulo de recuerdos
que partían con el alba
temerosos por lo incierto.
Una fecha marca el minutero,
dos alas yerguen anhelos,
y de tanto volar, llegando,
me estoy elevando al cielo.
Tengo el día y la hora,
y una lágrima asomada,
descendiendo allí, a lo lejos,
en manantial de palabras,
y maravillados silencios...
©María del Carmen Menéndez García
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