CAPULLO
Quieres que acalle requiebros,
esos, por insolentes,
los que dicen de frente
sin tener mil miramientos,
que diga, que no te quiero,
que sienta, que no te siento,
quieres que baje la frente
y ya ves, evitarlo, no puedo
eres tú, bello torrente.
Agua mansa, dulce hechizo,
y si por quererte muero
bendita sea mí muerte.
Es agonía éste amor,
es beber de tu ambrosia,
es ahogo, desazón,
y eres hierro candente
que me quema el corazón.
Y dicen que por amor
se comete vil locura,
aborrezco mi cordura,
que me aquieta en mi pudor.
Quieres que acalle a mi sangre,
que desvíe su sendero,
que convierta mi interior
en un témpano de hielo.
Es que no ves, amor,
que lo derrite, el sol
cuando habito en tu cielo.
Maricarmen
AÑORANZA
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