redundancia
Remontó a cumbres inesperadas.
Coloquios con atónita luna
habitante de estrellas
cómplice del sol
navegante de ensueños
timonel en navío de nubes,
mirada de perlas
manos en radiante capullo.
otras crispadas en su orgullo,
al notar vacío su cuenco.
Amor de todas las horas,
compañero de sendero,
celeste mariposa
en la luz de una mirada,
arropado, rebelde,
y como no todo es perfecto
también supo ser ingrato.
Abierto, inasequible otras,
enamorado e ingenuo.
Es un simple corazón latiendo
que tocado por la magia
de nobles sentimientos,
sé elevó muy, muy alto
y sólo pide la bonanza
de no segar, a pesar
de la vana intolerancia
de lo necio...
María del carmen Menéndez García
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