martes, 31 de enero de 2012

NADA VALE... *** POR QUERER ASÍ *** ENCANTO ***



Nada valen

Voy a pedir a mis manos
que se conviertan en seda
para acariciar tu rostro
y desvanecer tristezas.
Voy a pedir a mis ojos
que se conviertan en perlas
y así besar tus pupilas
joyas de entraña belleza
Voy a pedirle a mi boca
que evite nombrarte penas
y que en la tuya dibuje
solo sonrisas inmensas.
Voy a pedirle a mi alma
que en esa noche serena,
cuando del pecho se evade
y al cosmos del sol navega,
tu ampares mi vana tristeza.
Las estrellas y las perlas,
y las brillantes diademas,
y el manojo de sonrisas
que con tersura de seda
palpitan en clara esencia,
temerosa que un ruego
se diluyan en mi firmeza.
Voy dejar que se marchen
sin amarras, sin cadenas.


Es que al amor no se ruega,
es generoso, espontáneo,
es ferviente y es entrega.
Si de tus ojos cegados
la respuesta nunca llega…
de que valen tantos ruegos
arrasados  por la marea
                               en una playa sin huellas.

María del Carmen Menéndez García



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1 comentario:

  1. Tremendo el sentimiento expresado...
    Siento dos partes claras en tu poema. La primera me habla de unas peticiones al ser personal de alcanzar una entrega suprema, casi divina, amiga...Y en la segunda parte se recoge (como enrollando un carrete de hilo) de esa entrega inmensa, para percibir la duda en el otro. Y es cierto, el amor no se ruega y qué doloroso puede llegar a ser cuando se hace. La autoestima reducida a nada al darse cuenta que no le aman.

    Al menos, todo eso he sentido yo, y me ha llegado mucho.

    Abrazos grandes, amiga.

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