Le partieron las raíces
sin permiso concedido,
colocaron los recuerdos
en una triste maleta,
no había tiempo, ni tiempos…
para medir las heridas.
Y cuando volvía a su tierra
era extranjera sin serlo,
y sentía esa tristeza
de desandar su destino,
sin el arraigo preciso
del sitio en que le han parido.
A lo lejos su historia,
aquí la semilla y frutos,
y en el pecho dos banderas
y en el alma los colores
fecundados en su tierra.
Un osito de peluche
desgastado en cariño,
le recordaba el ayer,
y la mente atesorando
otros resabios de vida.
Una foto amarillenta
con colores desteñidos
le ofrecían el espejo
de un punto definido…
sin distancias…, sin olvido,
siempre queriendo volver…
María del Carmen Menéndez García
Tu opinión es importante, deja tu huella...
Siempre es una emoción inmensa el visitarte,amiga.
ResponderEliminarEsta vez nos sorprendes con unos versos donde el desarraigo ha sembrado en el alma algunos bemoles que destiñen en incertidumbres...
Una historia,y una maleta cargada con un equipaje hermosamente triste.
Gracias por estos momentos llenos de sentimientos.
Un abrazo enorme mi querida María del Carmen.
Gracias a ti Maritza, por tus palabras y presencia. Son simples versiculos que va dictando el corazón. Muchas gracias, cariños
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