intitulo dos
Voy a colocarle al corazón
cerrojos, una venda a mis ojos, a los sentimientos los dejaré en la playa a
merced de las olas, que los arreste el mar y deambulen en océanos, quizá hallen
asidero entre corales, en el fondo del fin.
El tiempo es tirano
ineludible, machaca y arremete en este sortilegio del decir, y acalla al alma,
dejando a un lado los destellos de los quereres, utopías del te quiero.
Según como se interprete,
las muestra de cariño agobian, se tornan
casi embates. A quién se le puede ocurrir sincerar, no abrumar a las horas, en
este bendito mundo donde las muestras de afecto son insufribles, el tiempo
cerca, y vaya ironía se vuelve enemigo del amor, el más puro amor.
Voy a cerrar las ventanas
a la luz, prefiero la oscuridad, el silencio, a toda alharaca de ebullición del
alma. Voy a recordarte, a adorarte, ya ves mi estupidez se asemeja a un
grotesco, cambia entrega por
indiferencia.
Voy a colocarte en
prioridades, por la simple razón, que si carezco de ti, el existir es molécula
invisible, y entonces ya no más…
Acoso…, al afecto, a la
ternura, a lo puro, al tiempo, al diálogo aún en silencios, a la emoción, a los
sentimientos, a lo simple, a la entrega generosa que no sabe de dobleces., a
los abrazos
Voy a proponerte corazón
mío, que tus últimos pasos tengan la grandeza del egoísmo, así no habrá mas
lesiones en tus cansadas arterias. Esa tendencia de confundir
Imagino Señor tu
agotamiento ante tanta solicitud de atención, de arrope de almas, de la
necesidad imprescindible de saber que estás…, aún ante el inoportuno acosar del
corazón
María del Carmen Menéndez García
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